miércoles, 5 de agosto de 2015

Las organizaciones intergubernamentales africanas

Junto a la actual Unión Africana [(UA) antigua Organización para la Unidad Africana] y la Organización para la Armonización del Derecho Mercantil en África (OHADA) –a las que ya hemos tenido ocasión de referirnos en anteriores in albis– hoy vamos a repasar otras organizaciones intergubernamentales del continente, citándolas de forma cronológica porque, como recuerda el profesor Remiro Brotóns, dentro de la sopa de siglas que África ofrece a la cooperación interestatal, las distintas regiones -Magreb, Occidente, Centro, Oriente y Sur- cuentan al menos con una organización de bandera [1]. Sin olvidar que la fragmentación es endémica en África. La fragmentación étnica, lingüística y política es en parte responsable de (...) la debilidad política del continente [2]. Con más de 2.500 grupos étnicos, y lenguas correspondientes, confinados en fronteras arbitrarias y artificiales (...) el Estado heredado de la colonización se caracteriza por la ausencia total de conciencia nacional y por la dependencia del exterior [3]; de ahí la trascendencia que han ido adquiriendo las distintas agrupaciones regionales.

En 1965, gracias a la iniciativa del presidente liberiano, William Tubman, Costa de Marfil, Guinea, Liberia y Sierra Leona firmaron un acuerdo para avanzar en la integración económica de sus respectivas naciones que se desarrolló plenamente diez años después cuando se adoptó el Tratado de Lagos, el 28 de mayo de 1975, por el que se creó la Comunidad Económica de Estados de África Occidental [Economic Community of West African States (ECOWAS)] con el objetivo de configurar un gran bloque comercial, basado en la cooperación económica, que fuera capaz de lograr su plena autosuficiencia. Hoy en día, la ECOWAS engloba a quince países de la región: los cuatro fundadores más Benin, Burkina Faso, Cabo Verde, Gambia, Ghana, Guinea Bissau, Malí, Níger, Nigeria, Senegal y Togo.

De forma análoga, en 1980, los Estados meridionales se reunieron en la Southern African Development Co-ordination Conference (SADCC) que se desarrolló en Lusaka (Zambia) y que se convirtió en el germen de la actual Comunidad de Desarrollo de África Austral [Southern African Development Community (SADC)], establecida el 17 de agosto de 1992 mediante el Tratado SADC que se aprobó durante la cumbre de Jefes de Estado que se celebró en Windhoek (Namibia). Como la anterior, también engloba a quince países: Angola, Botsuana, R. D. del Congo, Lesoto, Madagascar, Malaui, Mauricio, Mozambique, Namibia, Seychelles, Sudáfrica, Suazilandia, Tanzania, Zambia y Zimbabue que persiguen lograr el desarrollo y el crecimiento económico, reducir la pobreza, mejorar el nivel y calidad de vida de los pueblos del sur de África y apoyar a las personas socialmente desfavorecidas a través de la integración regional.

En ese contexto, era inevitable que este proceso también afectase al norte del continente y, el 17 de febrero de 1989, los representantes de Argelia, Libia, Marruecos, Mauritania y Túnez crearon la Unión del Magreb Árabe (UMA), retomando los principios que se habían debatido en la Declaración de Zeralda (Argelia), un año antes, basados en los tres elementos que unen a las naciones magrebíes (historia, religión e idioma comunes).


Asimismo, conviene reseñar otras siete entre las más de 200 organizaciones interafricanas de toda índole, destinadas a resolver los problemas complejos del desarrollo; como ha señalado el profesor congoleño Mbuyi Kabunda Badi son un buen ejemplo de que los gobernantes africanos han adoptado la integración regional como estrategia de desarrollo [4]:

  • La Autoridad Liptako-Gourma (ALG) creada en la capital burkinesa, Uagadugú, en 1970, por Malí, Burkina Faso y Níger para desarrollar sus regiones fronterizas;
  • La Comunidad Económica de los Países de los Grandes Lagos (CEPGL) [Economic Community of the Great Lakes Countries o Communauté Économique des Pays des Grand Lacs] creada, en 1976, por los estados ribereños de esta región: Burundi, la República Democrática del Congo y Ruanda, donde tiene establecida su sede en al ciudad de Gisenyi.
  • La Comunidad Económica de los Estados del África Central (CEEAC) se estableció en 1985 y cuenta, en la actualidad, con diez Estados miembro: Angola, Burundi, Camerún, Congo, Chad, Gabón, Guinea Ecuatorial, la República Centroafricana, la República Democrática del Congo y Santo Tomé y Príncipe. Su misión es promover y reforzar la cooperación armoniosa y el desarrollo equilibrado de sus integrantes. Tiene su sede en la capital gabonesa: Libreville.
  • La COMESA [Common Market for Eastern and Southern Africa (Mercado Común de África Oriental y Austral)] que se estableció por el Tratado de Kampala (Uganda), en 1993, y se ratificó al año siguiente en Lilongue (Malaui);
  • La Unión Económica y Monetaria de África Occidental (UEMOA, del francés Union économique et monétaire ouest-africaine) está integrada por Benín, Burkina Faso, Costa de Marfil, Guinea-Bissau, Malí, Níger, Senegal y Togo. Se creó en Dakar el 10 de enero de 1994 con el objetivo de lograr su integración.
  • La Autoridad Intergubernamental para el Desarrollo [Intergovernmental Authority on Development (IGAD)] que reúne ocho Estados del Cuerno de África [Eritrea, Etiopía, Kenia, Somalia, Sudán, Sudán del Sur, Uganda y Yibuti], desde 1996, para incrementar la seguridad alimentaria, la protección del medio ambiente, la cooperación e integración económica y el mantenimiento de la paz y seguridad en la región;
  • Y la Comunidad del África Oriental [East African Community (EAC)] de Kenia, Tanzania y Uganda, formada el 30 de noviembre de 1999 por un Tratado que se firmó en la Estrasburgo africana: Arusha (Burundi y Ruanda se incorporaron en 2007; y Sudán del Sur, en 2016), para profundizar en su integración social, cultural, política y económica.

Finalmente, la Unión Aduanera de África del Sur [Southern African Customs Union (SACU)] presume de ser heredera de la unión aduanera más antigua del mundo ya que sus orígenes se remontan a la Customs Union Convention entre la colonia británica del Cabo de Buena Esperanza y la República Bóer del Estado Libre de Orange, de 1889, que en 1910 -cuando se creó la Unión Sudafricana- se extendió a los actuales territorios de Lesotho, Bostsuana, Namibia y Suazilandia. Desde entonces, los tratados se han renovado en 1969 y 2002, estableciendo su sede en Windhoek (Namibia).

Cita: [1] REMIRO BROTÓNS, A. "El riesgo de un continente fallido". En: KABUNDA BADI, M. La integración africana. Problemas y perspectivas. Madrid: Agencia Española de Cooperación Internacional, 1993, p. 21. [2] BURGOS, B. Culturas africanas y desarrollo. Intentos africanos de renovación. Madrid: Fundación Sur, 2007, pp. 566 y 567. [3] KABUNDA BADI, M. "Relaciones internacionales africanas y relaciones interafricanas en la era de la globalización". En: África en el horizonte. Madrid: Catarata, 2006, p. 75. [4] KABUNDA BADI, M. La integración africana. Problemas y perspectivas. Madrid: Agencia Española de Cooperación Internacional, 1993, p. 24.

No hay comentarios:

Publicar un comentario

Related Posts Plugin for WordPress, Blogger...